La comunidad de la vereda Bellavista, en la microcuenca Los Sainos (El Dovio, Valle del Cauca), logró transformar un territorio degradado por la tala, la ganadería extensiva y los monocultivos. A partir de los años 80, y con el apoyo de CIPAV, organizaron un proceso participativo de restauración ecológica y transición agroecológica basado en diagnósticos comunitarios, manejo sostenible del agua y adopción de sistemas agroforestales y silvopastoriles.

El fortalecimiento organizativo —incluyendo la creación de CAMPAB y del grupo juvenil Herederos del Planeta— permitió consolidar el trabajo colectivo, recuperar fuentes de agua, restaurar bosques, adquirir reservas naturales y mantener una producción diversa y resiliente. La articulación entre saber campesino, investigación participativa y liderazgo local ha garantizado la continuidad del proceso, la formación de nuevas generaciones y la defensa del territorio.

Bellavista se ha convertido en un escenario privilegiado para el intercambio de saberes y la formación de capacidades a partir de la experiencia campesina. A través de días de campo, talleres, cursos y metodologías como el intercambio campesino a campesino, el aprender haciendo y las demostraciones de método, se comparten conocimientos con poblaciones rurales, estudiantes, técnicos y profesionales. Las fincas, entendidas como el principal escenario de conocimiento, son espacios abiertos para el aprendizaje práctico y la construcción colectiva de soluciones, especialmente en temas como: